El lugar donde podés leer la Biblia dentro de un calefón

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martes, 7 de julio de 2015

Natalicio Inconiento


El día se perfilaba frío y gris, tan invernal como el de aquel otro, un año atrás.
Elliott prendió la computadora con un largo bostezo, y la dejó iniciar tranquila mientras se dirigía a la cocina a hacerse un café.
En ocasiones se reía al pensar en lo automático de ir a prender la máquina ni bien abriera los ojos, Ah la dependencia, la dependencia. Oh aparato negrero que nada das a mi vida más que pereza y sueño... - solía vociferar entre risas, con una teatralidad exagerada.
Los colores se iban sucediendo a medida que el sistema operativo tomaba forma en la pantalla de la notebook mientras Elliott se desperezaba frente al espejo.

En su teléfono eran las nueve de la mañana del tres de julio. Tres de julio... Sonrió. Ese día se cumplía un año desde la apertura del blog, desde que volvió a Lanús desde Ciudad de Santa Fe donde actuó para chicos en distintas escuelas.
La melodía de apertura de windows lo llamó desde el comedor. Elliott tomó la taza  humeante y se dirigió hacia allá.
Un año... - se dijo rememorando, nostálgico, partes entremezcladas de su viaje  - Es hora de un cambio, de llevar al blog a otro nivel. Tomó despacio un sorbo de la dulzona mezcla - solía ponerle mucha azúcar - suspiró concentrado y abrió el explorador de internet.

La notebook se ubicaba en un estante de mármol ínfimo bajo la ventana de su ínfima cocina, bajo la ventana.
Descorrió las cortinas y el sol lo encandiló un poco, el calor se hundió en su pecho a través del vidrio pudiendo sentir hasta el aroma a sol, como solía llamarlo su novia para risa de él.

Tomó otro sorbo aún más largo y se registró en blogger, miró las visitas, contestó algunos comentarios y clickeando sobre el iconito naranja se dispuso a escribir algo relativo a esta fecha, arrancando con un:


Y sí... contra todo pronóstico el blog cumplió un año.
Nacido como el refugio ante el dolor de volver, al mes, de un viaje que se proyectó de un año, Palabras del caminante - cual fuera su nombre al nacer - se perfilaba como un espacio donde volcaría todas aquellas cosas que atravesaron mi mente estando tan lejos de mi hogar.
Algunas frías publicaciones después, el dolor fue cesando y dio paso a una euforia creativa que amenazaba con arrollar con todo a su paso, y así evolucionó en Pensamexos Inconientos, espacio donde he tratado de contar cada aspecto de la vida como una historia intensa y sorprendente; digna de ser vivida.
Desde ya, quisiera agradecer el aporte invaluable de cada uno de ustedes que han leído, comentado y ayudado tanto al sitio como a mí mismo a crecer, además...




6 comentarios:

  1. ¡Feliz cumpleaños Pensamexos Inconientos aunque yo lo conozca na'más hace como 3 meses!

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  2. Llego tarde, pero no quiero dejar de felicitarte por el año cumplido.
    Te mando un fuerte abrazo.
    A escribir más.
    Saludos.

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  3. Me gustó el relato, feliz cumple blog!

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    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por ambas cosas.

      Un abrazo enorme y nos estamos leyendo.

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