El lugar donde podés leer la Biblia dentro de un calefón

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viernes, 22 de mayo de 2015

El fin de la humanidad

Hola. Mi nombre es Adrián; soy nacido y criado en Lanús Este, una localidad del conurbano sur de la Provincia de Buenos Aires; y, por lo que he visto, soy el último ser humano vivo que queda.

He comenzado a tallar en la difícil piedra blanca, que conforma la piel del Obelisco, esta historia; a fin de que pueda servir a futuras generaciones de especies inteligentes de lección ejemplificadora, de como la desunión de las partes esenciales y complementarias de la naturaleza conllevan a la absoluta e irremediable extinción.
Así y todo no pierdo el optimismo, por lo que este texto también se dirige a los futuros seres humanos que, recluídos en colonias que aún no pude localizar, pero deseo existan, repoblarán la Tierra nuevamente.

Este es el vigésimo día del mes de mayo del año dos mil diecinueve Después de Nuestro Señor Jesucristo. El cielo resplandece en un azul intenso sin nubes y, contrariamente a esta fecha de años anteriores, estoy bajo temperaturas cercanas a los 30º C mas no fue el calentamiento global lo que nos llevó a esta situación sino otra cosa: el Capitalismo.

Este no es, en sí, un relato que tomará rumbos políticos o ideológicos; por lo que iré precisamente a los hechos.
Por estos años, la tecnología en favor del entretenimiento y la comunicación avanzaba en sus hallazgos a velocidades ciertamente vertiginosas, llevándonos por las sendas de la ansiedad y la hiper dependencia electrónica.
Existían dispositivos de comunicación a distancia - los teléfonos portátiles o celulares - que contaban con cientos de utilidades para establecer comunicaciones cada vez más veloces, estables y baratas con personas en cualquier parte del mundo.
Estoy cayendo en la cuenta que vos, lector del mañana, no tendrás la mínima idea de que significa cada concepto que voy nombrando, por lo que trataré de escribir de la forma más genérica posible.

Como te decía, estos dispositivos permitían enviar mensajes textuales y audiovisuales con una velocidad que rozaba la conversación, propiamente dicha, en tiempo real.
Durante los primeros años, allá por el dos mil doce, estas vías de encuentro virtual fueron loadas por usuarios que al fin lograban establecer conexiones con parientes y amigos que creían ya inalcanzables, separados por enormes distancias y tiempo.
La contracara de esta moneda comenzó a hacerse notar pocos años después, cuando la comodidad de las charlas múltiples e instantáneas llevó a las personas al aislamiento y la posterior soledad, donde la necesidad de saber del otro se limitaba a un mensaje enviado y respondido casi en simultáneo y las relaciones sentimentales entre individuos físicamente desconocidos proliferaban viralmente bajo el lema "seamos simplemente felices, si empezamos a pelear apaguemos la pantalla y ya"

A fines del año dos mil quince, salió al mercado un artefacto que resolvería la última barrera entre las comunicaciones masivas y la perfección: el sexo.
El dispositivo en cuestión, nació al mundo como Reacher - aquello que sirve para acercar, en la lengua inglesa - consistía en una suerte de kipá electrónico muy similar a la chapa dorada que usaba el personaje del hechicero en la película "Conan el destructor". Este funcionaba con celdas que absorbían cualquier fuerte de luz y la usaban como batería. Además, estaba provisto de unos electrodos dispuestos de tal manera que enviaban ondas eléctricas a las zonas del cerebro relacionadas con el tacto y el placer orgásmico.
Tenía pocos componentes y eran muy baratos, por lo que su masivización fue prácticamente espontánea.
A través del sistema de conexión inalámbrico bluetooth, el Reacher podía conectarse con cualquier dispositivo, para generar una sensación más real de contacto físico vía chat, donde el sólo pensar lo que se deseaba hacerle al otro - siempre en niveles placenteros, ya que el artefacto posee un sensor de intensidad encefálica que lo vuelve incapaz de infligir dolor - bastaba para hacérselo sentir.

En mi caso particular, lo usé muchas veces y sólo bastaba con cerrar los ojos y pensar para empezar a sentir. Cada orden podía ser tanto específica como genérica ya que el sensor sólo traducía las ondas y no el contenido linguístico asociado.

Como toda tecnología revolucionaria, no tardó en encontrar detractores que lo tachaban de inhumano, superficial y falso; pero los gobiernos del mundo suprimían estas opiniones no bien aparecían, ya que el reacher era la forma más segura y eficiente de conseguir placer sin posibilidad de embarazos inesperados ni contagio de enfermedades, lo que bajaba los índices de natalidad y mantenía a raya a la tan temida y alcanzada superpoblación.

Al igual que con las aplicaciones de comunicación, el Reacher generó adicción y dependencia; la soledad y la depresión afín a ésta, pasaron a transformarse en jornadas enteras de puro hedonismo. Los reachers llegaron a actualizarse dos veces: La primera, porque la radiación emitida dio lugar a un sinnúmero de casos de tumores cerebrales y accidentes cerebrovasculares que los medios, bajo el mando de las grandes empresas productoras del aparato, supieron callar.
La segunda vez fue para agregarle un modo que lograba retroalimentar las ondas cerebrales para provocar placer a uno mismo en lugar de a un otro y un nuevo electrodo que enviaba información a la zona cerebral de saciedad.

Ése fue el principio del fin.

Como un opio tecnológico, la población entera de la Tierra, (Incluídos líderes políticos y religiosos) comenzó a vivir conectada al reacher las veinticuatro horas de cada día; perdiéndose en la emisión de un orgasmo tras otro sin fin, comenzando a morir por inanición, o infecciones que la muerte de sus hijos o mascotas - en total abandono y hasta en éxtasis algunos, por el sistema Reacher - generaban en la falta de higiene propia y de los ambientes en los que vivíamos.

***

Estoy vivo accidentalmente.
Ciego en pleno multiorgasmo, caí de la cama y seguí revolcándome hasta quedar bajo de ella. Lentamente, la batería fue descargándose en la penumbra y pude volver a la conciencia.
Débil y desorientado por la falta de alimentos, tardé varios minutos en entender donde estaba y que me pasaba.
Varias horas me tomó arrastrarme fuera de allí y llegar a la cocina. Al principio, no tuve fuerzas para abrir las canillas en busca de agua, y tuve que usar todo el peso de mi cuerpo para abrir la heladera y extraerla de allí.
Lentamente, fui mojando mis labios resecos y tomando de a cortos tragos.
De esta forma pasé tres días bajo la permanente luz de las lámparas tomando agua de a cuentagotas y comiendo cuanta cosa encontrara sin importar lo rancia que pudiera estar.

Lentamente fui recuperando algo de fuerza, la suficiente como para ver mi cuerpo - antes obeso - convertido en la mitad de la sombra de lo que fue; suficiente fuerza como para notar que había pasado en éxtasis por 5 semanas; suficiente fuerza como para vislumbrar con horror los cuerpos muertos de mis familiares desparramados por la casa, hediendo horriblemente en plena descomposición.

Meses han pasado desde aquel día.

He buscado alimentos y a otras personas que tal vez, con una suerte similar a la mía, aún estuvieran vivos. Sin embargo, no pude encontrar a nadie.
Apilé libros, películas, cualquier documento que sirviera para reconstruír una sociedad nuevamente el día de mañana, bajo este texto tallaré un plano para que las encuentres.

Muchas noches me quedó quieto oyendo entre el cantar de los insectos y el zumbido eléctrico de las luces, tratando de oír un gemido un grito de gozo o cualquier otra señal de vida, pero el silencio es soberano.

Este es el día cuarto del mes de Junio del año dos mil diecinueve después de Nuestro Señor Jesucristo, y voy llegando al final de mi historia.
Sin más que esperar que el abrazo del día; me despido, tal vez, para siempre.
Adiós.



Sintiendo los primeros rayos del sol recorriendo su ropa y el suelo entorno a sí, Adrián colocó el Reacher en su cabeza y parado como estaba observó unos segundos al Sol naciente.
Inhaló profundo y, derramando una última y sentida lágrima, cerró los ojos.


8 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este hipotético relato de un futuro Elliott, no te extrañes que algo parecido les pase a los humanos del futuro.
    Gracias a dios aún estamos en la prehistoria y que aún valen los cambios de fluidos en directo, un gran trabajo.
    Un saludo y un feliz fin de semana.

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    1. Gracias Bénjamin y me pareció una forma bastante posible de extinguirse dadas las tendencias (anti)sociales que la tecnología en comunicación viene generando en muchos de nosotros.

      Celebro esa porción de prehistoria.

      Un abrazo y que disfrutes el fin de semana.

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  2. Estupenda visión del futuro, Elliott. Es probable que algo similar al Reacher surja de un momento a otro, y esperemos que no tenga la misma consecuencia destructiva.
    Saludos.

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    1. Con que venga con un suero y la aguja intravenosa me alcanza.
      jajaja.
      ¡Un abrazo!

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  3. Muy bueno, Elliott, me gustó.
    Genial descripción de los males de nuestra sociedad actual, donde el mal uso, y el notables excedente de tecnología, atenta contra las cosas más simples de la vida (lo veo mucho en los adolescentes y jóvenes... y también lo empiezo a ver en los no tan jóvenes, eh).
    El final es brillante, me encantó, de lo mejor del relato.
    ¡Saludos!

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    1. ¡Buenas y gracias!
      Coincido con vos al tomar conciencia de la dimensión que va tomando la tecnología en personas de edad cada vez mayor.
      Lo siento en mis amigos a los que veo cada vez menos, en el aburrimiento que se instala en reuniones donde no hay internet, o el caos que genera ésta cuando se corta.

      Se ha naturalizado tanto la distancia y la hiperconexión que raros seremos, en algún momento, los que en el cuerpo seamos sólo carne, hueso e ideas.

      ¡Un gran abrazo!

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  4. Cuanta verdad todo lo que decis! La tecnologia poco a poco esta terminando con parte de la sociedad, lo veo en mis hijas, si no tienen internet les agarra un ataque, les cuento como era en la epoca que todo esto no existia y no lo entineden! Ojala algun dia todo vuelva a la normalidad!
    Me encanto Facu, como ya te dije varias veces, te admiro mucho amigo!! Abrazo enorme

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  5. Cuanta verdad todo lo que decis! La tecnologia poco a poco esta terminando con parte de la sociedad, lo veo en mis hijas, si no tienen internet les agarra un ataque, les cuento como era en la epoca que todo esto no existia y no lo entineden! Ojala algun dia todo vuelva a la normalidad!
    Me encanto Facu, como ya te dije varias veces, te admiro mucho amigo!! Abrazo enorme

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